8. Cuando leemos podemos adentrarnos no sólo en la historia narrativa sino en la historia personal de cada personaje, en sus pensamientos, miedos, deseos, frustaciones, emociones, etc. Esto favorece el desarrollo de la empatía hacía las otras personas y su capacidad de ponerse en el lugar del otro.
9. Cuando la lectura es compartida por los compañeros, ayuda a fortalecer las relaciones de amistad y ampliar el círculo social.
10. Sólo cuando se lee como un pasatiempo placentero y no como una obligación, puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad de la rutina o de problemas vitales.
Autora: Jessica Arjona
Psicóloga General Sanitaria especialista en neuropsicología clínica y psicología infantojuvenil