Tanto el patrón de sueño como las horas necesarias de sueño van variando según la edad de las personas, las necesidades de desarrollo y las exigencias del entorno.
Habitualmente, los bebés y los niños muy pequeños necesitan muchas más horas de sueño que van disminuyendo paulatinamente hasta la adolescencia, cuando volvemos a tener la necesidad de dormir muchas horas (y además hay un retraso de fase porque quedan con amigos, se ponen a chatear hasta altas horas de la madrugada, etc.). En la edad adulta se estabiliza y en la vejez disminuyen otra vez por la menor necesidad de dormir (acostumbran a dormirse muy pronto y a despertarse muy pronto, con alguna que otra cabezadita durante el día).
Como muchos papás y mamás sabrán, los bebés necesitan entre 9 y 12 horas de sueño, únicamente interrumpidas por los despertares para las tomas de pecho o biberón, o en algunos casos, cuando hay presencia de molestias, cólicos o factores ambientales que les perturben.
Garantizar un buen descanso nocturno y el número adecuado de siestas durante el día favorece el desarrollo motor y cognitivo del niño, puesto que están en una fase de adquisición de muchos hitos importantes del desarrollo y todo se consolida mejor cuando el cuerpo está descansando, aportando la energía necesaria para que todo se aposente como debe ser.
Cómo hacer las siestas
Por lo general se recomienda dejar hacer siestas a los niños hasta los 5 años para paulatinamente irlas reduciendo hasta el inicio de la Educación Primaria.
En la tabla siguiente indicamos la cantidad recomendada de siestas y duración de las mismas según la edad del niño y/o niña:
EDAD
4 meses
6 meses
9 meses
1 año
2 años
3 años
4 - 5 años
Nº SIESTAS AL DÍA
3
2
2
1-2
1
1
1
DURACIÓN
4 - 6 horas
3 - 4 horas
2.5 - 4 horas
2 - 3 horas
1 - 2 horas
1 - 1.5 horas
30 minutos - 1 hora
Pautas para la hora de la siesta
- Durante los primeros meses de vida, recomiendo fijarse en las señales que nos indiquen que al bebé le está entrando sueño y entonces acostarlo en su cunita. No esperemos a que se haya dormido del todo para acostarlo.
- Establecer una rutina teniendo en cuenta las señales que comentaba anteriormente, de modo que el bebé no depende de los padres para tener sueño.
- Si a medida que crece tiene dificultades para hacer las siestas, ayudadle a propiciar un ambiente tranquilo y distendido, lejos de estímulos que lo activen, para que coja el sueño.
- Intentar tener una rutina de siestas, la última de las cuales no esté muy cerca de la hora de dormir o que sean muy largas.
- Las siestas ayudan a que concilie mejor el sueño por la noche, puesto que los niños cuando están cansados se suelen activar más.
Autora: Jessica Arjona
Psicóloga General Sanitaria especialista en Neuropsicología Clínica y Psicología Infantojuvenil.