¿Qué hacer si mi hijo tiene terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos sobresaltan y asustan a los padres, por lo que es importante saber mantener la calma en estas situaciones. Lo recomendable en estos casos es asegurarse que nuestro hijo no se pueda hacer daño en caso de sacudidas o revolverse y esperar pacientemente a que el terror nocturno pase. Normalmente en unos pocos minutos (aunque la sensación al ver padecer a nuestro hijo suele ser más larga) nuestro hijo volverá a dormir plácidamente. Y a la mañana siguiente no tendrá ningún recuerdo del episodio.
No es recomendable mirar de despertarlo mientras tiene el terror nocturno, ya que nos resultará bastante difícil y al despertarse nuestro hijo no recordará nada pero se sentirá muy agitado y desorientado, por lo que le costará volver a dormirse. Si por el contrario le dejamos que «pase» el terror nocturno, nuestro hijo seguirá durmiendo tranquilamente.
Cómo prevenir los terrores nocturnos o las pesadillas
Propiamente ni las pesadillas ni los terrores nocturnos tienen un tratamiento indicado, pero si que podemos establecer unas pautas de sueño que ayuden a los niños a dormir mejor.
- Tenemos que intentar evitar el consumo de estimulantes y excitantes antes de acostarnos (azúcares, bebidas carbonatadas, chuches…).
- Si nuestro hijo es muy activo, planificar por las noches alguna actividad que lo ayude a calmarse, leer, escribir, evitando actividades físicas o con muchos estímulos tipo videojuegos, y consolas.
- Establecer una rutina justo antes de dormir asociada con acostarse, pijama, cepillarse los dientes, cama, cuento y sueño.
- No alargar la hora de irnos a dormir y procurar que siempre sea sobre la misma hora.
- Asegurarnos a la mañana siguiente que haya descansado por la noche.